Luego de un largo periodo de reflexiones profundas, se produce en el día de Júpiter una buena disposición para iniciar y desplegar un encuentro crucial; en un entorno lleno de belleza, espontaneidad, amor y armonía.
Existe suficiente comunicación, acuerdos y la concertación necesaria para lograr esto dentro de un marco muy optimista. Habrá mucho valor, decisión, disposición al riesgo, entusiasmo, ímpetu, fuerza moral, voluntad y convicción. La razón los asiste, y el momento de la transformación interior ha llegado.
El Sol y Marte se conjugan para lograr que el fuego corra por las venas de quienes salgan a la calle.
Sin embargo, existen cosas poco claras que producen impaciencia, miedo y angustia; no se debe caer en el desanimo de algunos.
En el transcurso, el conflicto que pueda producirse será agudo y la victoria pírrica, dónde el vencedor o el que crea que ha vencido no se alegrará por mucho tiempo.
Sin duda, este es el encuentro de los desafíos, en el cual se medirán fuerzas. Será la gran prueba.